miércoles, 28 de agosto de 2013

Cupcakes y tartas decoradas

Cuando algo se pone de moda termina hartándome. Los cupcakes y las galletas y tartas decoradas están por todas partes, cursos, blogs, gente aficionada, pastelerías, cafeterías, es una invasión.

Voy a la comunión de mi primo y allí están, las galletas con un niño de comunión, termina la carrera la hermana de mi compañero y allí está una tarta decorada, tu madre invita a tomar café a unas amigas y allí aparece una con sus cupcakes y lo siento, no me atraen.


Me parecen figuritas para decorar, me da la impresión de que quien cocina está haciendo manualidades, que no está mal, cada uno dedica su tiempo a lo que le apetece, pero buena pinta no tienen, tanto adorno, tanta parafernalia, no dan ganas de comerlo.

Sé que es una chorrada, un desahogo absurdo pero tenía que soltarlo: Yo, Rafael Rubio Quevedo, me declaro en contra de los cupcakes y las tartas decoradas.

Pero el colmo son esas tartas en las que se esculpe un bebé recién nacido, no entiendo cómo alguien puede comérselo, me parece un infanticidio pero, por otro lado, hacer esa tarta para no comerla ¿qué sentido tiene?

Reconozco el mérito artístico de esas tartas pero lo dejo ahí, por favor, no me regaléis nunca una.


Esta foto es del blog 'Con un toque de azúcar', dejo claro que su autora es una artistaza pero no sería capaz de comerme a este bebé.

                                                        Rafael Rubio Quevedo, cocinero de postín

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