martes, 13 de agosto de 2013

Rafael Rubio Quevedo: Cocinero de postín

Todo el mundo me llama Rafa, tengo 18 años, casi 19 y soy estudiante universitario, en teoría emancipado, en la práctica vivo de lo que me pasan mis padres. Tras un año viviendo en un piso compartido y sobreviviendo a base de comida basura, he decidido cambiar esto y aprender a cocinar.

A los que nos gusta comer bien y tenemos una madre que nos lleva cuidando años, pasar a comer comida basura a diario o, como mucho, hacernos un filete o abrir una lata de fabada, nos parece lo peor del mundo. Cuando vuelvo a casa en vacaciones o fines de semana, suelo volver al piso con tuppers llenos de comida pero sólo me dan para dos o tres raciones. Lo que parece el sueño de cualquier chaval de mi edad, pizzas, hamburguesas, kebabs, sandwiches y pasta de sobre, puede convertirse en una auténtica pesadilla cuando no tienes más remedio que comerlo a diario, por no decir que también se cogen kilos, que, aunque soy un chico, también me gusta presumir.

Aprovecho este verano para aprender a cocinar, ya que voy a tener que hacerlo también para mis compañeros de piso, mejor experimentar en casa, que la ayuda de una madre siempre viene bien.

Iré poniendo aquí todas las recetillas y aventuras que me vayan ocurriendo durante este proceso de aprendizaje y, espero, que de diversión también.

Como ya he dicho, todo el mundo me llama Rafa pero si todos los cocineros de postín se hacen llamar por su nombre y primer apellido, yo no voy a ser menos, es más utilizaré los dos, que a fin de cuentas de quien voy a aprender es de mi madre.

                                                                                            Rafael Rubio Quevedo, cocinero de postín